Blair Williams perteneció por un tiempo a una familia Amish, de esos weones que viven de la forma más humilde aunque no alejados de la modernidad, ella estaba encargada de limpiar el granero cuando de pronto un abogado citadino se apersonó a la casa de la mina, él quería comprar sus tierras pero ella estaba algo confundida, no sabía qué hacer a pesar de las explicaciones del abogado, viendo lo inocente que era Blair el tipo la convenció de que con una buena mamada de tula entendería mejor lo que quería hacer y de paso la pasarían bien, una vez que la rubia probó una verga de la jungla de cemento ya no la quiso soltar por nada del mundo, le dejó la zorra roja de tanta violencia a pesar de su inocencia.